“Tenía 26 años, desempeñaba un trabajo que me estresaba mucho, mi primer trabajo, de lo que yo quería. ¡Con lo que me había costado conseguirlo! Terminas la carrera, peregrinar entregando CV …

Y en un año de trabajar muchas horas al día sentada de cara al ordenador,

terminaba la jornada con unos dolores de espalda insoportables, comencé por ir al médico, me dio fitoterapia y medicación para el dolor, me aliviaron poco. El dolor fue aumentando y haciéndose continuo. Fui a otro médico, me hizo placas, no veían ninguna lesión que causara tanto dolor. Me envió al traumatólogo, éste me recetó sesiones de rehabilitación con fisioterapia. Y allá que iba yo después del trabajo, cansada, me ponían varios aparatos, que me aliviaban poco, y luego 5-10 min de masaje local. El fisioterapeuta me decía: «haz ejercicio, cuando te duela paras» y yo pensaba «pues entonces no empiezo porque me duele continuo».

Yo cada vez mas desanimada, empeorando, ahora además del dolor había empezado a tener mareos, por la tensión que acumulaba en las cervicales, Mi traumatólogo, viéndome ya desesperada con mi dolor de espalda me hizo  quiropraxia, me desbloqueó la columna, pero sólo noté mejoría momentánea.

Un día me recomendaron ir a una osteópata, «muy buena» -me dijeron » es como una especie de masaje pero mejor”.

Y me decidí a ir, la primera vez que me tumbé en la camilla y empezó a masajearme, sentí mi cuerpo como si fuera una tabla de madera, «rígida». Después de varias sesiones me sentía mucho mejor, casi sin dolor de espalda, ni mareos, dormía mejor, me levantaba descansada, incluso tenia mejor humor, ¡qué cambio!; me enfrentaba mejor a la carga del día a día y a las responsabilidades de mi trabajo. Ahora si podía empezar a hacer ejercicio, y lo hice.

El ejercicio fue primero natación, luego con los años otros deportes, entrenamiento personal. Me han hecho mantener mi espalda fuerte y flexible.

No podía creerlo, me sentía más joven que años atrás, incluso me lo reconocían mis amigos y conocidos que se me veía más joven.

Menos mal que me decidí a probar la osteopatía. Cambió mi vida.